Si tecleas James McCann en el popular buscador de internet “Google”, verás que después de varias páginas de entradas relativas a un jugador de baseball, empezarán a aparecer entradas sobre un ignoto escritor y, ya en la página 5 un enlace de RTVE a un programa llamado “Para todos la 2” en que aparece un vídeo con el audio grotescamente desincronizado.
Tal vez podría ser la consecuencia de poseer un nombre tan común, pero hay algo más: la eterna invisibilidad de una escena musical, la australiana, que parece incapaz de transcender sus fronteras geográficas. Culpemos de ello a la distancia, con lo ominoso que debe resultarles plantearse una gira europea o americana y lo costoso de enviar discos fuera, razón por la que muchos sellos se limitan a editar cd’s; o a las numerosas bajas provocadas por la heroína en décadas pasadas; pero también a una cierta dejadez a la hora de usar las posibilidades de internet (hoy en día sin facebook o twitter o un sitio web no eres nadie) para darse a conocer.
Pero bueno, el caso es que James McCann es un tipo de Perth que escribe grandes canciones y las toca con emoción y furia, que algunos de sus discos se pueden conseguir aquí gracias a la encomiable y poco rentable labor de sellos españoles (Bang!) o franceses (Beast) y que podréis escuchar una muestra de su trabajo en RUIDO DE HUESOS en el 107.4 FM para el área de Guadalajara o en www.radioarrebato.net